La Planchada, o el fantasma de una enfermera

Autora: Isabel Pareja Yébenes, 1ºC (2014/15)

La Planchada es una leyenda Mexicana en la que se narra la historia de una enfermera fantasmal que vaga por los pasillos del hospital y atiende a los enfermos que necesitan ayuda.

Se cuenta que un día, una chica llamada Eulalia entró a formar parte del personal de enfermería en el hospital. Era una chica de buena presencia, muy limpia, con una actitud amable y educada que demostró gran profesionalismo y diligencia y se ganó rápidamente el aprecio de los médicos. Su vida era realmente tranquila, todo su tiempo se dividía entre las labores en el hospital y las atenciones hacia su familia. Sin embargo, un día todo cambió…

Llegó al hospital el Dr. Joaquín y todas las enfermeras fueron a conocerlo pero Eulalia se quedó atendiendo a un paciente y un día la convocaron para que lo ayudase con la extracción de una bala en la pierna de un paciente. Entonces Eulalia quedó prendada del Dr. Joaquín al punto de que sus manos temblaban ligeramente cuando le pasaba los instrumentos. Pasados algunos meses ella consiguió su propósito y el Dr. Joaquín aceptó ser su novio. Sin embargo, Joaquín no parecía amarla y se escuchaba que coqueteaba con otras chicas a espaldas de ella.

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Tras poco más de un año de noviazgo, Eulalia se sorprendió cuando cierto día Joaquín le propuso matrimonio, a lo cual ella accedió. Sin embargo era necesario esperar para la boda, ya que antes Joaquín debía irse a un seminario de 15 días en otra ciudad. Antes de irse él le pidió que le planchara un traje y luego se despidió entre abrazos y besos. Un día un enfermero le declaró su amor y le pidió que le acompañara a una fiesta como su pareja de baile, pero ella se negó por su novio, entonces el enfermero la miró y le dijo que no entendía cómo es que nadie le había contado que Joaquín se había ido a un viaje de luna de miel con su nueva esposa. Eulalia agachó la cabeza y se fue, a la mañana siguiente comprobó que todo era cierto.

A raíz de esto Eulalia jamás volvió a ser la misma descuidando a los enfermos hasta el punto de que algunos murieron por sus negligencias. Pasaron  los años y un día la enfermedad cayó sobre ella, antes de morir, se arrepintió de haber sido tan mala enfermera, falleciendo sin poder perdonarse a sí misma. Tras su muerte en el hospital comenzaron a surgir testimonios de gente atendida por una amable enfermera que no parecía pertenecer al personal del hospital. Una chica joven con la ropa impecable como la llevaba Eulalia en vida. Normalmente los testimonios eran confusos porque solía atender a los enfermos cuando dormían, se encontraban sedados o habían sido descuidados por las otras enfermeras. Al preguntarles a los pacientes  quien les había atendido siempre daban la descripción de una mujer rubia con cabello corto y rostro serio, que no correspondía con el aspecto de ninguna de las enfermeras que trabajan en el hospital.

Bibliografía

-Amezcua, Juan Antonio. La leyenda de la planchada. Misterios que buscan respuesta (blog), 19 de febrero de 2012. VER

-Sin autor. La Planchada. Leyendas urbanas (blog), 23 enero 2013. VER

Acerca de Manuel Amezcua

Catedrático de Investigación en Cuidados de Salud, UCAM. Doctor por las universidades de Alicante y UCAM-Murcia. Presidente de la Fundación Index, Granada, España.

1 comentario en “La Planchada, o el fantasma de una enfermera

  1. EN 1999 PARA SER EXACTO 15 DE MARZO ESTABA YO INTERNADA EN UN CLINICA DE PIEDRAS NEGRAS, COAH CLINICA MEXICO., DI A LUZ A MI SEGUNDA HIJA POR CESAREA ESA CLINICA ES PARTICULAR POR LO TANTO TENIA LA ATENCION DE MI GINECOLOGA Y DE DOS ENFERMERAS, LAS CUALES NO OBEDECIAN A LA DRA. ESTANDO YO EL SEGUNDO DIA LAS ENFERMERAS NO ME HACIAN LAS CURACION Y LIMPIEZA DEBIDAS EN LA CESAREA, MAS APARTE LA DRA LAS HABIA REGAÑADO PORQUE ME DEJARON EL COMODO METIDO POR TODA LA TARDE Y COMO ME PONIAN MEDICAMENTOS FUERTES YO ME QUEDABA DORMIDA., UN DIA DESPERTE EN LA MADRUGADA Y VI QUE ENTRO UNA ENFERMERA CON SU BATA BLANCA Y CHALECO AZUL MARINO A LA CUAL NO PUDE VERLE LA CARA TRAIA EN SUS MANOS UN WOK COLOR PLATA Y SE ARRIMO Y EMPEZO A LIMPIARME LA HERIDA CAMBIANDO GASAS Y LIMPIANDO CUIDADOSAMENTE, ELLA NUNCA DIJO PALABRA ALGUNA SOLO TERMINO Y SE DIRIGIO AL BAÑO Y YA NO LA VI., AL DIA SIGUIENTE ME DIERON DE ALTA POR LA TARDE Y LE PEDI A LA RECEPCINISTA LE LLAMARA A LA ENFERMERA QUE ME HABIA CURADO POR LA MADRUGADA PARA AGRADECERLE PERSONALMENTE QUE FUE LA UNICA QUE ME ATENDIO TAN BIEN, A LO CUAL LA RECEPCIONISTA RESPONDIO QUE EN LA MADRUGADA NO HABIA ENFERMERAS Y MENOS HACIENDO CURACIONES. YO NUNCA HABIA ESCUCHADO ESTA HISTORIA Y HASTA QUE LA LEI COMPREDI QUIEN FUE QUIEN ME CURO.

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